miércoles, 21 de enero de 2009

Cesáreas, haciendo un censo en mi entorno

Hace algunas semanas me reuní con mis compañeras de la primaria. Eramos 12 mujeres y la mitad de nosotras había sido mamá, otras 2 estaban embarazadas, una del segundo y la otra primeriza.
Pero el porcentaje más alarmante era el de las cesáreas, apuesto a que no adivinan.
De 6 mujeres que en 20 años tomamos diferentes rumbos, con diferentes situaciones económicas, que parimos en distintos sanatorios; el único parto vaginal era el mío, las demás todas cesáreas.
Pensando en mi círculo más cercano actual (entre algunas amigas, compañeras y familiares), de 10 mujeres, hay 5 cesáreas.
El resto son 2 partos domiciliarios y 3 en clínicas por obras sociales, de las cuales, una de ellas debió (junto con su pareja) luchar hasta último momento para evitar una cesárea, ya que el bebé "era muy grande" y los médicos no querían arriesgarse a un parto vaginal. Escalofriante.

Pensando en este tema comencé una búsqueda de material en la web y llegué al texto publicado previamente, que está escrito de una manera clara y concisa y, además, por el médico que atendió el parto domiciliario de mi amiga del alma, el Dr. Carlos Burgo. Este hombre es una eminencia en todo lo que se refiere a parto humanizado.

Y al ingresar a una de mis páginas de cabecera (Relacahupan), me enteré que el lema de la Semana Mundial por un Parto Respetado de este año, que se lleva a cabo del 11 al 17 de mayo, es "¡Por la urgente disminución de las cesáreas innecesarias!".

Todo esto no es pura casualidad.

2 comentarios:

María dijo...

Hola Almendra!
Yo también tuve una cesárea. La verdad es que no se si era necesaria o no, me creí que si porque ya era la semana 41, el bebé no bajaba, no tuve contracciones dolorosas (sólo sentí que se me ponía la panza dura cuando intentaron inducirme el parto).
No puedo quejarme de la atención que me brindaron antes, durante y después de la cesárea.
Yo quería que fuese un parto vaginal, espero que el/los próximos sean así.
La verdad es que hoy no doy más de la felicidad que me provoca ver a mi hijo, vivir junto a él cada cosa nueva, cada gesto, todo!.
Te mando un beso enorme, y cómo siempre está muy bueno tu blog.

Catita, dijo...

hola Almendra!
la verdad es que coincido con vos respecto de lo que pensas de los tés: no me gustan, no son ricos (de hecho nunca me gustaron) pero tienen propiedades re potentes. ya me pasó varias veces esto de empezar a tomar algo no por gusto sino por algún otro sentido lindo de hacerlo (tanto con el mate o con la cerveza, jeje, igual ahora me gustan).

lo que sí, me queda una grandísima duda, y es que no sé quién sos. quizás pienses que no tiene importancia saberlo, conincidimos y ya, pero me genera mucha intriga siempre saber que escribe o quien habla o quien piensa del otro lado.

bueno, un beso para vos.
un gusto!